Un pequeño relato de mis vivencias en la TT4500

[Raoldaen]

Ciclo espectacular y de dureza extrema. Sin ninguna duda la más dura de todas la ciclos que he hecho. Esto de subir 12 colls e innumerables repechos en 243 km te lleva a exprimir al máximo tu capacidad física. Requiere una dosis de sacrificio y sufrimiento que uno no se puede imaginar hasta que lo vive. No obstante, cuanto mayor es el reto más grande es la satisfacción de haberlo conseguido, lo cual me ha llenado de orgullo y alegría.

La organización ha estado de 10 y los voluntarios fantásticos, siempre apoyándonos y ayudándonos en todo lo posible en los avituallamientos. Era una delicia parar en cada avituallamiento a recargar pilas. El único "pero" que le podría poner a la organización es el tema de las duchas ya que el Club Pollentia Resort no ha permitido que las utilizáramos, pero por todo lo demás ha quedado más que compensado, quedando en un pequeño detalle a mejorar en ediciones venideras.

El sábado comenzó muy pronto para mí, a las 5:30 suena el despertador y me pongo en marcha. Ultimo los preparativos que ya había comenzado el día anterior, desayuno fuerte y me voy al Club Pollentia Resort en el coche de Marcos. A las 6:20 salimos de Palma y sin ninguna novedad llegamos al Resort 40 minutos más tarde, con tiempo suficiente para cambiarnos y dar un paseo por la zona. De Mallorca en Bici nos juntamos David Mellado, Raúl Márquez, Jose y yo para hacer la TT4500 y Marcos y Zubi para la TT3000. También estaba Jefferson, que ha salido alguna vez con el grupo, preparado para la TT3000.

La única duda que tenía de salida era poner manguitos o no. La mañana no estaba muy fría, pero sí bastante fresca. Al final decidí no llevar manguitos, iría metido en el pelotón durante todo el tramo neutralizado y una vez en el coll de Femenía el cuerpo ya se calentaría sólo. Hubo algunos que hicieron lo mismo que yo y otros decidieron ponerse manguitos y/o chaleco. Salida bastante puntual, a las 8:02 nos pusimos en marcha. Fuimos bastante tranquilos hasta el inicio del coll de Femenía. Mi decisión sobre los manguitos fue muy acertada porque ya en Pollença no tenía nada de frío.

Comienzo el coll cerca de la parte delantera del pelotón, pero rápidamente me pongo a mi ritmo controlando escrupulosamente las pulsaciones sin pasarme del umbral. Voy perdiendo posiciones. Los de delante cogen unos metros pero no los pierdo de vista. Me encuentro muy cómodo y con un rodar fácil. Pasa un kilómetro y me voy acercando al grupo de cabeza. Veo a Raúl Márquez a escasos 5 metros. Iba a saludarlo pero no quería dar ese pequeño acelerón, ya llegaría a su altura. Pero no, en ese momento pasábamos por una zona dura o el grupo delantero incrementó la velocidad porque en un abrir y cerrar de ojos empiezan a coger metros y los pierdo de vista. Me quedo en un segundo grupo donde estaba Iñaki (Ignacio Goitia), única persona que conocía del grupo, pero también iban demasiado rápido para mi. No quería forzar lo más mínimo la marcha, la jornada iba a ser muy dura y había que guardar lo máximo. No obstante, mi ritmo no era lento ya que tenía en mente los tiempos de paso en los avituallamientos y tampoco quería ir con el tiempo justo, cuanto más margen de maniobra tuviera, mejor.

Ahí teníamos el handicap de la TT4500, una prueba muy dura que no puedes ir a tope todo el tiempo porque te fundirías al final, pero tampoco puedes ir muy lento porque se haría de noche y quedarías fuera de control. Encontrar el punto de equilibrio es difícil y al final la prueba se hace muy dura aunque vayas lo más tranquilo posible desde el principio. Pues nada, sigo en el coll de Femenía. Llevaría unos tres kilómetros de ascensión y me encuentro en una especie de tercer grupo donde cada uno iba a su ritmo, en ningún momento hubo organización, nos pasábamos constantemente unos a otros. El grupo de Iñaki era compacto e iban todos a un ritmo controlado, pero un pelín alto para mi. Los veía a lo lejos hasta que llegó un momento que dejé de verlos. Corono el coll de Femenía con un tiempo sorprendente, 26:12, a sólo 30 segundos de mi mejor tiempo.

Sigo a buen ritmo por la zona de Lluc, sa Bataia y acueducto sin seguir la rueda de nadie, unos me pasan, los vuelvo a pasar y otros se quedan a mi rueda. En el primer avituallamiento situado en el Gorg Blau el tiempo límite de paso era a las 10:00. Yo paso a las 9:40, pero no me paro. Me quedé un poco acojonado de sólo llevar 20 minutos de margen, así que decidí subir a tren el coll de Monnaber controlando las pulsaciones sin pasarme de umbral. El cuerpo respondía a las mil maravillas, el descanso de esa semana más el masaje me vinieron de lujo. Pongo mi ritmo y se une gente a mi rueda. Pasan un par de kilómetros y formamos un grupito de tres o cuatro bastante estable y compacto. Llegamos a la zona suave e imprimo un buen ritmo, sólo aguanta uno a mi rueda cuando llego al túnel, donde marco un tiempo de 16:31, también a 30 segundos de mi mejor tiempo. Todo iba perfecto, el ritmo era bueno y las pulsaciones estaban controladas.

Durante la bajada del Puigmajor nos da alcance otro ciclista que estaba en el grupito. Los dos se ponen delante de mi tirando a tope. Los sigo sin problema, me sentía muy seguro y confiado. Bajamos muy rápido, hasta tal punto que según Strava hice PR (Personal Record). Ya en Sóller, justo cuando cogemos el desvío hacia el coll den Bleda vemos a lo lejos al segundo grupo, el de Iñaki. Bueno, el segundo grupo que se había formado subiendo Femenía, porque el primer grupo seguro que a esas alturas de la marcha ya estaría roto. En las primeras rampas de Bleda contactamos con el grupo y nos pusimos a rueda. Subida tranquila del pequeño coll donde hice un tiempo de 12:40. Durante la ascensión nos cruzamos con Alfonso Rodríguez, Xavier y Juan Xinarello que bajaban. Gracias por los ánimos!!! En ese momento iba de lujo al final del grupo rodando muy cómodo.

Durante unos kilómetros me relajé y me dejé llevar por el grupo. Iban a un ritmo al que me podía adaptar perfectamente. Se veía que lo tenían controlado. Llegamos a las rampas de Sa Pedrissa y las afrontamos en grupo compacto a un ritmo constante. Eso sí, no se esperaba a nadie. Si alguien se descolgaba se las arreglaría solo. Era el ritmo justo para llegar a meta en buen tiempo y con margen, pero había que aguantarlo hasta el final y ello dependía del estado de forma de cada uno. Iñaki lo tenía muy claro, lo importante era llegar pero no desfallecer en el intento. Así como hubo alguno que se quedó en la subida, también hubo alguno que se fue por delante unos metros, pero tampoco se alejaban mucho. En los dos últimos kilómetros me pongo delante a tirar del grupo e incrementé el ritmo. Cogemos a los dos que se habían ido por delante. Sabía que después de coronar tendríamos el avituallamiento. En los últimos metros acelero un poco y hago un pico a 179 pulsaciones. Rebasé un pelín el umbral pero no pasa nada, fueron muy pocos segundos. Marco un tiempo de 20:10, a unos dos minutos de mi mejor tiempo. Miro para atrás y el grupo se había roto. Nos dirijimos al avituallamiento y allí paramos todos.

El tiempo límite de paso estaba establecido a las 12:00, nosotros paramos a las 11:00. Ello me tranquilizó aunque tampoco estuve mucho rato parado. Rellené el bidón de agua y cogí una barrita, plátanos y un pastelito de chocolate que me sentó fantástico. El bidón de isotónico lo tenía casi mediado y no estimé necesario rellenarlo, aguantaría hasta el siguiente avituallamiento. Salí rápido junto a otro chaval que iba en el grupo. Me sentía pletórico y con confianza. Nada más comenzar el coll den Claret nos dan alcance otros dos que también se habían adelantado a la salida del grupo. Los cuatro subimos a buen ritmo el coll. Hago un tiempo de 8:54. La bajada me salió perfecta, fui con cuidado, pero no obstante bastante rápido. Según el Strava hice también un PR en la bajada. La verdad que el sábado me sentí muy seguro en todas las bajadas, en casi todas hice PR.

Llego al cruce de la carretera Esporles-Banyalbufar y sólo tenía a uno que me acompañaba. En los repechos camino de Banyalbufar me sentía con mucha fuerza (seguro que fue el pastelito de chocolate) y me fui sólo. Hago la bajada de sa Bastida más relajado ya que estaba entrando en una zona muy complicada, con innumerables repechos y tramos traicioneros. Llego a Banyalbufar solo. A la salida del pueblo miro para atrás y veo a lo lejos al grupo de Iñaki. Sigo a mi ritmo y ya me cogerían, me dije. Lo importante era no pasarme. Antes de entrar en Estellencs dos del grupo que se habían adelantado contactan conmigo. Llegamos a Estellencs y justo en las primeras rampas del coll des Pi empecé a sentir las piernas un poco pesadas, estaba claro que los kilómetros no pasaban en vano. En ese momento el grupo de Iñaki me da alcance y me pongo a rueda. Hacemos el coll des Pi y los tres kilómetros del coll de sa Gramola de la misma forma agrupados a ritmo controlado. He comprobado que hasta ese momento llevaba mejores tiempos que en la 312 del año 2013, aunque en aquella edición hice toda la sierra bajo el agua.

Fue una delicia llegar al avituallamiento de Sa Coma. Iba con los bidones completamente vacíos, el calor comenzaba a apretar, así que rellené los dos con agua e isotónico, comí y cogí provisiones. De los cuatro geles que llevaba encima ya me había tomado uno. El pequeño coll de Sa Coma lo afrontamos tranquilos, sin prisas. Llegamos a Es Capdellá y allí dolió psicológicamente el girar hacia Galilea. Se hizo muy duro sobre todo por la cantidad de tiempo que tenías para darle vueltas a la cabeza pensando en todo lo que tenías por delante y encima aguantando el dolor de piernas. En la subida a Galilea dejé de hablar y me concentré lo máximo posible en cada pedalada. El grupo se rompió, algunos se fueron por delante a un ritmo mayor. Yo me quedé con Iñaki y otro vestido de Túnel. Alguno más nos seguía a rueda. El ritmo era cómodo y constante, pero el calor empezaba a ser un pelín excesivo, necesitaba bajar la cremallera del maillot para refrigerar el cuerpo y me echaba agua por la cabeza. En la cima hago un tiempo de 19:24.

Ascendimos de la misma forma Es Grau donde hice un tiempo de 14:06. Allí ya estaba tocado, el sufrimiento estaba haciendo mella en mi, no sólo por el dolor de piernas sino también por saber que aún quedaba el coll de Sóller y el Puigmajor por delante. La bajada por Superna fue muy tranquila. No me sentía con fuerzas para subir otro coll. Estaba claro que necesitaba comer y beber. Los bidones estaban vacíos. La llegada al avituallamiento fue como llegar a un oasis en pleno desierto. Los voluntarios fueron súper amables, siempre ayudándonos en todo lo posible, como en todos los avituallamientos. Chapeau por todos los voluntarios!!!

Paramos un buen rato, bebimos y comimos. Aunque tenía el estómago cerrado, me obligué a comer un bocata, para lo cual me ayudé con agua. Qué manera de beber y comer!!! Cogimos provisiones y descansamos un poco. Allí coincidimos con los del grupo que se habían adelantado en las subidas anteriores. Después de un rato reemprendemos la marcha para afrontar la bajada a Esporles y luego el pequeño tramo llano hasta el coll de Sóller. Durante la bajada a Esporles me cayeron hasta lágrimas por la cara. Me preguntaba qué narices hacía yo allí sufriendo como un cerdo para no ganar nada. Pero bueno, no había otra que sobreponerse y tirar para delante, forma parte de mi forma de ser. Para el tramo llano coincidimos cinco en el grupo, entre ellos Iñaki, el de Túnel y un chaval muy majo de Manacor. Nos fuimos dando relevos a ritmo cómodo sin pasarnos. La aproximación al coll de Sóller bajo el sol en esa carretera tan recta que pica hacia arriba fue horrible.

Una vez pasada la rotonda y el primer repecho del coll me pude relajar un poco. Cogimos un ritmito guapo de 14-15 km/h constante y así hicimos toda la ascensión los cinco. Paso por la cima con un tiempo de 20:05. Volvemos a parar en el avituallamiento que había en la cima, recargamos de nuevo bidones y comemos. La verdad que los avituallamientos estaban perfectamente colocados por la organización, chapeau por ellos!!! Aproveché para sentarme un poco, pero sin demorarnos en exceso reemprendimos la marcha ya que si hubiéramos parado mucho las piernas podían decir basta, hasta aquí hemos llegado. La bajada del coll como casi todas, otro PR. Y llegamos a Sóller mirándonos unos a otros, había llegado la hora de la verdad, y además literalmente, preveía una hora mínima de ascensión al Puigmajor.

Comenzamos juntos la subida, pero al poco yo no me sentía con fuerza para seguir el ritmo de Iñaki y el del chaval de Túnel. El de Manacor se había ido por delante de ellos. Me quedé el último y tranquilo, no me quería quemar. Puse una marcheta cómoda. Seguía mis pulsaciones como referencia sin pasar de 160, el corazón tampoco daba más de sí, y una velocidad mantenida de 12 km/h en las zonas más duras. Encontré un desarrollo cómodo en el 36x25, no necesité poner en ningún momento el piñón 28. Y así con mucha paciencia fui ascendiendo y disfrutando de los pequeños descansos. A los dos kilómetros de ascensión el pulsómetro queda KO, me marca un fijo de 158 pulsaciones y de ahí no se mueve. Llevaría unos 6 ó 7 km ascendidos cuando paso a un ciclista de Santanyí que iba muy despacio y comiendo. Se le veía muy chungo. En ese mismo momento me pasa a mi otro ciclista que subía a buen ritmo. Me coge unos metros, pero lo mantengo a distancia hasta la cima. El Puigmajor es muy traicionero porque dependiendo del ritmo que hayas impuesto te puede pasar factura en los kilómetros siguientes y en este caso, como os contaré más adelante yo he salido muy beneficiado. La organización había previsto un premio KOM en la subida al Puigmajor para el más rápido en la ascensión. Por ello colocaron unos detectores de señal al inicio y al final del coll, como los que había en los avituallamientos. Lástima que no me haya marcado al inicio, por ello no me ha computado oficialmente el tiempo y no he aparecido en la clasificación de este premio. No obstante, he tomado tiempo con el Garmin y me ha marcado 1:04:28.

Una vez pasado el túnel de Monnaber sentí un alivio enorme. Mientras bajaba evaluaba las sensaciones y los posibles daños para afrontar los últimos kilómetros de la prueba. Las piernas iban muy bien, el corazón tambíén y el ánimo iba remontando. Cuando llego al último avituallamiento situado en el Gorg Blau, salían mis compañeros del grupo, los tres que se habían ido hacia delante en la subida al Puigmajor. Iñaki me comenta que si me espera y le digo que no, que siga hacia delante, que yo tenía que llenar bidones y comer algo. No tardo en hacerlo gracias a la colaboración de los voluntarios. Unos segundos antes de reemprender la marcha, aparece de nuevo el chaval de Manacor. Había dado la vuelta al avituallamiento para recoger el bidón de agua que se le había olvidado. Salgo de allí unos cien metros por detrás de él.

Como aún quedaban los repechos hasta sa Bataia y luego los del Femenía me tomo mi tercer gel de la jornada. Nunca me había tomado tantos geles en una salida, pero bueno, esta vez lo necesitaba. Afronto los primeros repechos, los más duros, con miedo a cómo responderían las piernas. Pronto me doy cuenta que subo bien, cómodo y a buen ritmo. En el tercer repecho paso al chaval de Manacor y a otro ciclista. A partir de allí los repechos son más suaves. Pongo el plato grande con confianza para tirar a tope. Llego a sa Bataia totalmente encendido. Por la zona noto que hace un pelín de frío, lo cual me da aún más brío. Paso los repechos de Femenía fácilmente. Inicio la bajada del coll con fuerza y seguridad. Rebaso a otro ciclista y al poco veo por delante a Iñaki y al del Túnel con otro acompañante. Hubiera contactado con ellos en plena bajada pero tenía tres coches entre ellos y yo. No me atreví a adelantarles y tampoco era necesario. Una vez abajo, los coches los adelantaron y yo me pegué una buena serie para darles caza.

Una vez con ellos, Iñaki me miró y se quedó sorprendido, creían que me había fundido en el Puigmajor. Pero nada más lejos de la realidad, simplemente había mantenido mi ritmo. Nos ponemos a tirar fuerte y dar relevos. Cogimos un ritmo muy alto y lo pudimos mantener bastante bien. Cuando llegamos a la altura de Pollença pasamos un momento de desorganización en los relevos debido en parte a un ciclista de otra prueba que se metió en nuestra grupeta y así como tiraba se dejaba caer. Yo veía que podíamos hacer un buen tiempo en meta, así que tomé la iniciativa y me puse a tirar a tope. Me dieron un pequeño relevo de camino al Port de Pollença, pero luego me puse a tirar de nuevo hasta poco antes de llegar al Club Pollentia Resort donde estaba situada la meta. En ese tramo final lo di todo y la verdad que no esperaba relevos, sólo quería hacer buen tiempo. Al final hubo un pequeño sprint y entro en meta el último de la grupeta. Me salieron 243 km para 9 horas y 20 minutos a 26,1 km/h de media. Según el tiempo oficial en meta, donde se incluyen las paradas, habían pasado 9 horas y 44 minutos entre la salida y la llegada.

Mi más sincera enhorabuena a Jose, Raúl Márquez y David Mellado por haber terminado la TT4500 y a Zubi, Marcos y Jefferson por haber terminado la TT3000. Y a todos por su capacidad de lucha, entrega y sacrificio, fundamental para doblegar marchas de este tipo. En especial, quiero felicitar a Zubi por conseguir el trofeo al primero en su categoría y a Marcos por la machada que acaba de hacer, terminar la TT3000 tras dos meses parado por una operación de espalda y un escaso mes y medio de entreno. Y gracias a Iñaki y al chaval del Túnel por su compañía durante la mayor parte de la prueba. Chapeau todos, grandes todos!!!

Un saludo,
Ramiro

[manu74]

chapeau Ramiro, chapeau, impresionante relato
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Un saludo
MANU

[pedro]

Te felicito Ramiro ,también a todos los demás ,los de la TT4500 y los de la TT3000.

La cronica la has detallado tan bien que parecía que te estaba viendo, cuando ibas bien y cuando sufrías.

Se lo que entrenas (de los demás quizás no tanto) y los días en que sales en bici(solo sábados y domingos) y muchas veces en unas condiciones en las que otros ni nos lo planteamos,solo por la pasión que tienes hacia este deporte y con una capacidad de sufrimiento de la que muchos carecemos.

ERES UN CRACK, con mayúsculas.Te felicito no solo por esa prueba tan dura sino también por todas las que has hecho este año (pocas te habrás dejado ).
Ahora toca un poco de descanso y de tomarte las salidas mas tranquilo , sin la presion de tener pruebas por delante.
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Un saludo,

Pedro

[juanXINARELLO]

MAKINA

[morcuera]

Chapeau Ramiro, si la sangre que empleas en el cerebro para recordar tantos datos la empleases en pedalear habías ganado la prueba. Felicidades a ti y a todos.
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Un saludo
Jose

[cmscharly]

Grande Ramiro!!!...Enhorabuena por tus retos, hay que estar muy bien fisicamente y mentalmente para poder hacer tales hazañas...Y tú lo estás...Un abrazote.

Charly